De Cooperativa SANCOR a SANCOR Corporativa.
Ochenta años después de que 16 cooperativas de Santa Fe y Córdoba dieran
nacimiento a SanCor Cooperativas Unidas Ltda., lo que aún quedaba de esta mega
agroindustria cooperativa pasó a manos de Adecoagro, un grupo empresario de
origen argentino conformado en 2002, con notable expansión en la producción de
alimentos y energía renovable en Argentina, Brasil y Uruguay.
Esta innovadora y moderna cooperativa logró ser reconocida a nivel nacional e
internacional por la calidad de sus productos, lo que resultó ser un actor clave en el
desarrollo regional y en la lechería argentina.
¿Sumatoria de errores empresarios? ¿Crecimiento y expansión desmedida? ¿Gerentes enriquecidos y productores endeudados? ¿Inadecuada paridad cambiaría para las exportaciones? ¿Caída del consumo interno y crisis de la lechería nacional?
FINAL ANUNCIADO
No obstante, la crisis se debió a indicadores como: el endeudamiento permanente; el
“salvavidas” del gobierno financiando la exportación a Venezuela; intensas presiones
para la fusión de cooperativas de base, pasando a ser una cooperativa de primer grado
en 2005; venta en 2016 a la aceitera Vicentin de las fábricas de postres y yogures, el
sector más rentable, siguiendo el ejemplo de La Serenísima con Danone.
La explicación es mucho más compleja y lógica en el mundo capitalista; refiriéndose al
conjunto de las grandes cooperativas –megaempresas- argentinas, un estudio reciente
afirma que “…han priorizado las estrategias de incremento de la escala para el mejor
cumplimiento de su finalidad interna principal de solución de las fallas de mercado.
Ello ha exigido intensos procesos de reingeniería institucional procurando… mejorar la
competitividad empresarial en términos de reducción de costos y de optimización de la
articulación entre los distintos eslabones técnicos de la cadena de valor y, por otro
lado, generar los mecanismos de participación adecuados a su extensión territorial”.(*)
Siguiendo ese camino, en SANCOR la participación de los productores –socios directos
o indirectos a través de sus cooperativas asociadas- tuvo todas las dificultades propias
de las organizaciones de gran escala. Observadores objetivos afirmaban hace tiempo
que no se estaban garantizando los mecanismos de capacitación/educación
cooperativa, ni las adecuadas estrategias de participación que pudieran asegurar el
control de la empresa por sus asociados.
Este era entonces un final “previsible” para SANCOR, pero que a la vez abre también
múltiples interrogantes acerca de las posibilidades de que las empresas de la
economía social fortalezcan sus valores y logren sus objetivos, en una economía
ferozmente competitiva y con mínima regulación estatal. Escala y participación no
siempre van de la mano.
Desde CALISA creemos que el movimiento cooperativo debe explicar claramente el
proceso que lo llevó a la quiebra. Quienes consideramos que la economía social
desempeña un rol clave en la conformación de una sociedad más igualitaria
necesitamos saber.
A su vez, esperamos que la Confederación Nacional Intercooperativa Agropecuaria-
CONINAGRO explique las causas de la caída de la empresa líder de la lechería, la
rama más importante de la agroindustria cooperativa argentina. Necesitamos saber:
¿Sumatoria de errores empresarios? ¿Crecimiento y expansión desmedida? ¿Gerentes
enriquecidos y productores endeudados? ¿Inadecuada paridad cambiaría para las
exportaciones? ¿Caída del consumo interno y crisis de la lechería nacional?

Redacción CaLiSA
Fuentes:
Las Cooperativas Agropecuarias en la República Argentina. Diagnóstico y propuestas
IICA- Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca
Edith S. de Obschatko; Carlos C. Basañes; Guillermo D. Martini
Bs. Aires, 2011
Foto: Filip Bunkens